miércoles, 13 de marzo de 2013

Crónicas de la vida - Nadia

Mi madre tenía que haberme abortado. son palabras de una niña herida, ¿cómo de grandes deben ser las heridas para pensar así? su madre le había dicho que está en contra del aborto y por eso la tubo, nació en  un país comunista, donde la pobreza extrema y la prostitución infantil son la identidad de dicho pais.

Su madre la tubo y la cuidaron sus abuelos, nunca vivió con su padre, quien desapareció en cuanto rompió la relación con su madre. Nadia aprendió a sobrevivir en todos los aspectos, fue creando una coraza, que a día de lleva con cierto orgullo porque no solo le ha permitido sobrevivir, sino enfrentarse a cuestiones afectivas de familia y de pareja. Tiene claro que quiere ir a la universidad, y poder ser una mujer independiente sin depender de nadie, sus recursos son limitados. 

Nadia llegó a España hace siete años, con su familia, su madre, tiene otra pareja y una hija más, ella se marchó a la capital dejando atrás el pueblo donde la llevaron y la familia, el problema que Nadia se marchó con un hombre adulto cuando contaba con 13 años, con el consentimiento materno, ella dice que el es un hombre bueno, cariñoso, que la ha tratado bien siempre, salvo por los celos, pronto se dió cuenta que este hombre no solo la quería tener controlada, aislada de sus amigos, y en cuanto se sintió mayor de edad, se buscó la vida trabajando de noche, alquilarse una habitación y seguir estudiando y dejar de vivir con él, aunque no ha roto su relación como pareja. Ahora que se siente libre, sin depender de él, se queda embarazada inesperadamente. 

Nadia lo tiene claro, va abortar, porque este hijo le ataría a su pareja, que si quiere que lo tenga, le impediría estudiar, pues los recursos que consigue son escasos y apenas le dan para subsistir, mucho menos quiere volver al pueblo con su familia con un hijo y en la que no confía que la vaya ayudar como ella necesita, entre otras cosas porque tampoco tienen recursos y en su pueblo no podría ir a la universidad. y lo que menos quiere es depender de nadie. Piensa que un hijo es mucho gasto y tiene que tener de todo para estar bien.

Tiene miedo que su pareja si tiene el niño y no siguen como pareja él no se ocupe de él, como ya ha hecho con su anterior hijo, y como le ocurrió a ella, tiene miedo de perder su físico porque le traumatizó ver como su mamá lo perdía definitivamente después de nacer su hermana. 

Nadia es un ejemplo de que no hace falta tener cosas, para superar etapas y conseguir lo que te propongas en la vida, ¿cuantos jóvenes lo han tenido todo materialmente hablando, y tienen una vida furstada y sin bienestar? El problema es más profundo, es que las sociedades con valores individualistas y laicistas en los que no se transmite la transcendencia de la vida, la importancia de vivir en una familia equilibrada en el amor verdadero, donde el padre y la madre se respetan y se complementan para la lucha diaria, por el bienestar de todos, donde el relativismo es la razón de vivir, al final nos encontramos cada vez mas en un mundo egoísta, donde las prioridades son primero uno mismo y después los demás, si me apetece o me viene bien, aunque los demás puedan ser nuestros hijos.

Nadia no quería hablar con nadie porque es mejor no saber y cuanto más pequeño sea mejor y menos sufriré, no tiene miedo a priori a las consecuencias psicológicas, aunque si le preocupan las físicas, pues se cuida mucho y tiene un cuerpo de modelo, pero cuando hablamos con ella, esa coraza se rompió para dejar expresar lo que realmente siente. La realidad es que no es incompatible tener un hijo con estudiar y salir adelante, que es difícil SI, que se puede también, pero claro con ayuda, en este caso de Instituciones privadas sin ánimo de lucro, que aunque tiene pocos recursos, son una red que apoyan a la mujer, a seguir adelante con su vida sin provocar más heridas en su interior, al contrario, se la ayuda a superar traumas y cerrar heridas de su pasado. El verdadero problema es que las administraciones públicas no les interese ayudar a las mujeres y peor aún, se gastan los recursos, en aberraciones que en muchos casos, hacen mucho daño a las mujeres y por ende a la sociedad que representan.

Nadía abortó, no se dejó ayudar porque en esta sociedad nuestra, no se cree que haya gente e instituciones que ayuden sin pedir nada a cambio. Hoy en día Nadía vive la noche, con lo que ello significa, y no ha ido a la Universidad..

Las mujeres merecemos oportunidades mejores que la de pasar por un aborto.

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