martes, 30 de abril de 2019

Negar la mayor

Un grupo de estudiantes japoneses de secundaria están disfrutando. Foto de archivo - 80637441


Me pregunto tristemente que esperan nuestros estudiantes de la vida, les están trasmitiendo que el pasado no vale, que ya pasó y del que no hay que aprender.

Les enseñan que tienen que vivir y disfrutar del presente sin pensar en el futuro, el mundo tecnológico avanza tan deprisa que lo que se les transmite es que lo importante es el aquí y ahora, que los deseos están por encima de la razón y del corazón.

Esto en muchos casos les hace beligerantes, sin admitir otras opiniones y mucho menos de personas mayores, están asumiendo que la experiencia del mayor está desfasada y no sirve. Acusan sin pudor que mientes cuando tratas de enseñarles a través de tu experiencia de vida.

Esperanza conseguir un buen trabajo sin esfuerzo porque tienen derecho y además ganar mucho dinero para vivir bien. No saben que lo primero es poder pensar, razonar con razones razonadas, escuchar (¿eso que es?) y expones ideas respetando las de los demás.

Uno de los grandes problemas de nuestra sociedad, es la proliferación del pensamiento único, el mal y lo malo se trasmite como algo bueno y se rechaza cuando alguien habla bien de las cosas buenas.
La pregunta sería ¿qué es bueno y que es malo para el ser humano? En las últimas décadas han cambiado mucho las definiciones de conceptos que nos ha ayudado a vivir, luchar y crecer a lo largo de la historia.

Conceptos como amor, respeto, libertad, caridad, sacrificio, sufrimiento, lealtad, honor, hoy en día o no tienen sentido o se utilizan para defender ideas totalitarias, que no respetan a quienes piensan diferente.

Hace más de tres décadas que se ha implantado lo "políticamente correcto", queriendo imponer con leyes sin fundamento jurídico y contradictorias pero sobre todo injustas una hegemonía de pensamiento único que no solo no ayuda a la convivencia social, sino que lo que hacen es generan confusión, dificultar las relaciones humanas (familiares, sociales, laborales etc.) generan sufrimiento y violencia.

Me preocupa mucho nuestros jóvenes y el futuro de quienes vamos siendo mayores y aún tenemos conciencia más sentido común, que hemos aprendido del pasado y no queremos repetir lo malo de lo vivido.

Tenemos mucho trabajo por delante y habrá que empezar con la educación enseñando las definiciones de conceptos que se usan mal hoy en día. Me queda la esperanza de que mientras estemos vivos podemos cambiar y ayudar a hacer un mundo mejor.

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